jueves, 5 de noviembre de 2009

Final de los cuentos Sufíes



El prisionero y el escarabajo

Un hombre estaba encarcelado de por vida en lo alto de una torre. Como no aceptaba esta separación, su mujer tomó la decisión de ayudarle a escapar. Cogió un escarabajo y tras haber atado con delicadeza un hilo de seda extremadamente delgado al insecto, untó sus antenas con una gota de miel. Lo deposito al pie de la torre, con las antenas dirigidas hacia lo alto. El insecto, en su afán de alcanzar la miel, trepó tanto que llegó a la ventana del prisionero. Éste, tras haber dejado libre al escarabajo, tiró del hilo de seda. En su extremo había atado otro hilo más grueso. Seguía a éste un hilo bramante, al bramante una cuerdecilla y finalmente a la cuerda una sólida cuerda que el hombre fijó en el interior de la celda para descender de la torre y huir con su mujer. (p.46).


El mensaje de este cuento sufí, esta bastante claro, se refiere que todas las cosas se consiguen trabajando gota a gota, poco a poco, es así como mejor se realizan nuestras metas, las prisas y la impaciencia retrasaría aun más la consecución de nuestros deseos.

Es por ejemplo, lo que me pasa con este blog, yo al principio quería hacer todos los días dos o tres cuentos, pero luego me di cuenta, que corriendo, no iba a dedicarme hacer un buen trabajo, entonces decidí que mejor ir haciendo dos a la semana, entonces así, con dedicación a cada detalle de estas historias haría un trabajo más profundo.

Aunque cuando las situaciones apremia nadie dice que no se corra pero si se puede es mejor hacer las cosas poco a poco porque de seguro salen mejor.



El mendigo y el avaro


Un día, un mendigo llamó a una puerta para pedir caridad.

Un hombre salió a abrirle:

-¿No tendrá un poco de pan que darme?-dijo el mendigo.

-¡Por supuesto que no!-respondió el propietario de la casa-.Yo no soy panadero, ¡sigue tu camino!

-¿No tendría al menos un poco de carne?

-¡Aun menos! ¡Yo no soy carnicero! ¡Vete!.

- ¿Y un poco de harina, entonces?

-¡He dicho que no! ¡Esta casa no es un molino! ¡No insistas!

-¿Y un poco de dinero? ¿Podría darme usted un poco de dinero?

-¡Basta ya! ¡Yo no soy ningún banquero! ¡Largo de aquí!

-Puesto que no puede darme nada –insistió el mendigo-, ¿Podría al menos permitirme descansar a la sombra, en su casa?

-¡Siéntate allí! –dijo el avaro exasperado, señalando una silla en el interior.

El mendigo entró en la casa y comenzó al punto a hacer sus necesidades.

-Pero, ¿qué haces? –le gritó el propietario estupefacto.

-¡En un lugar tan inútil como éste, no veo cosa mejor que hacer que cagar! (p. 52).


El mensaje de este cuento, nos también esta claro, nos indica que si no somos minimamente generosos con cualquier semejante, se nos acabará tomando con muy baja dignidad, como un retrete. Aquí el concepto casa, esta extrapolado, por el ego de la persona, la persona que se cierra a auxiliar al necesitado, por consiguiente, el ego del avaro tiene ningún valor digno, su self (ser) vale un retrete, por así decirlo.


Por: Leo


1 comentario:

  1. David González Romero

    Al igual que en el comentario que hice en los cuentos anteriores, seguiré haciendo reflexiones a nivel educativo.

    Respecto al cuento “el prisionero y el escarabajo” pienso lo mismo que Leo, las metas hay que conseguirlas poco a poco, las prisas no son buenas. Pero si profundizamos un poco más, pienso que como educadores debemos reflexionar un poco sobre nuestra propia práctica y que valores estamos inculcando a los educandos. Hoy en día hay un gran problema a nivel de estrategias de aprendizaje, gran cantidad de estudiantes se dejan la preparación de los exámenes para el último día. Lo que nos lleva a la conclusión de que no es del todo bueno, porque las investigaciones demuestran que la mejor forma de prepararse un examen es prepararlo con tiempo y no lo contrario. Pues bien, eso en la escuela, los profesores deben de fomentarlo y motivar a los estudiantes para que empiecen a prepararse los exámenes con tiempo suficiente. Pero esta idea también debemos aplicárnosla a nosotros mismos tanto ahora mismo como estudiantes que somos y también más tarde como profesionales de la educación que seremos. Y en esta medida, esto es lo que el cuento viene a decirnos, que con el trabajo del día a día llegamos a cumplir con nuestros objetivos al igual que el preso del cuento, con un trabajo continúo y persistente logro escapar de su prisión.

    Sobre el cuento del “avaro y el mendigo”, mi reflexión será más personal y estará más encaminadas a las mentiras que las personas solemos hacer para quitarnos del medio cualquier problema, por muy pequeño que sea. Muchas veces solemos decir mentiras a las que no les damos mucha importancia pero hay veces que se alargan tanto que se descubren. Por eso pienso que la persona que engaña tiene que ser responsable de sus actos, en este caso de la mentira. Pues bien, en este cuento el dueño de la casa tiene que achacar con la reacción del mendigo ya que el mismo empezó diciendo escusas de porque no le daba una limosna, si esto no es una panadería, un banco, etc. y por tanto el mendigo reaccionó de esa manera tan radical ante esa salta de mentiras del avaro. Lo cual me lleva a la conclusión de que debemos evitar las mentiras y cuando se descubran debemos ser responsables de ellas.

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